La frontoplastia endoscópica es una cirugía de alta tecnología que permite elevar las cejas y atenuar las arrugas del ceño y el contorno de los ojos con una técnica mínimamente invasiva. También ayuda a devolver la expresión juvenil de la mirada al paciente.
La frontoplastia endoscópica es una técnica que se puede combinar con otras cirugías plásticas faciales para obtener un resultado más armónico. Por ejemplo, la cirugía en el cuello, la blefaroplastia o cirugía de parpados para extraer el exceso de piel y las bolsas de grasa que algunas personas presentan debajo de los ojos. También con procedimientos no invasivos como el láser, peelings químicos, la luz pulsada y el fraccionado CO2.
Es una cirugía que requiere un entrenamiento extra por parte del cirujano en manejo endoscópico.
La Cirugía
La cirugía de frente Frontoplastia Endoscópica es un procedimiento quirúrgico de rejuvenecimiento facial que se hace por medio de la cirugía endoscópica de alta tecnología. Consiste en utilizar un dispositivo en forma de cable que tiene una cámara muy pequeña conectada a una pantalla de televisión. Esto permite realizar el procedimiento con mínimas incisiones en el cuero cabelludo, en donde se eleva la frente, las cejas y a la vez se elimina las líneas de expresión frontales y perioculares, es decir, se logra rejuvenecimiento del tercio superior y medio de la cara, reposicionando todos los tejidos que se han descendido y que se han arrugado a causa del envejecimiento, por constitución o factores genéticos de cada paciente.
El procedimiento de la cirugía de frente frontoplastia Endoscópica se realiza por medio de unas pequeñas incisiones dentro de zonas cubiertas por el cabello frontal y/o temporal, y con la ayuda de un endoscopio que aumenta la imagen 32 veces su tamaño normal, se logra despegar la piel en la zona frontal para elevar y ascender los tejidos de frente, cejas, periórbita lateral y región de los pómulos según cada caso, protegiendo al mismo tiempo las estructuras nerviosas y vasculares que otras técnicas quirúrgicas dañan. En este momento, se suspenden en su nuevo sitio mediante innovadores implantes absorbibles fijados directamente al hueso o a la fascia. Las pequeñas incisiones son cerradas con grapas metálicas y la cirugía es protegida mediante un vendaje de Micropore. Se realiza bajo anestesia general y es de manejo ambulatorio.
Después de la cirugía
El resultado obtenido es evidente inmediatamente, pero la inflamación cederá gradualmente en un período de varias semanas (2 a 3 semanas). Durante las primeras 48 horas posteriores al procedimiento, lo ideal es aplicar frío local frecuentemente, (hielo separado de la piel por una bolsa o tela gruesa) de modo intermitente durante 5 minutos cada 20 ó 30 minutos. En los días siguientes a estos, se continúa con calor local frecuente, sobre todo para ayudar a desvanecer las equimosis (morados). El primer control es al segundo día de cirugía, en el cual se observará la evolución del paciente, y se realizará la primera terapia postoperatoria, que nos ayudará a mejorar mucho más rápido.